martes, 27 de agosto de 2013

19.000 veces

En un estudio publicado en agosto de 2008 -antes de que se produjeran los mayores derrumbes financieros de la historia norteamericana-, dos ONG de ese país publicaron un informe denominado Excesos Ejecutivos 2008 en el que presentan una serie de datos extraordinariamente reveladores sobre la desproporción distributiva a la que se llegó en los Estados Unidos. El estudio toma los ingresos recibidos por los 50 ejecutivos más importantes de los hedge funds ("fondos de cobertura"), es decir, las empresas "estrellas" del mercado financiero mundial, para el año 2007.[...] La cifra que surge es apabullante y obliga a su relectura y chequeo antes de reproducirla: un alto ejecutivo de una empresa especializada en fondos de cobertura cobraba por su labor 19.000 veces lo que recibia un trabajador común.





¿De qué estamos hablando? Según estas cifras, un trabajador normal debería trabajar durante 19.000 meses para llegar a acumular un equivalente a lo que el ejecutivo ganabaen un solo mes. Con sólo 1.580 años de trabajo (sic), obtendría los mismos fondos. Visto de otra forma: 19.000 trabajadores, con sus familias, equivalen a una ciudad de, digamos, 75.000 habitantes. O sea: una pequeña ciudad podía vivir, en Estados Unidos, con los ingresos mensuales de uno de estos ejecutivos de finanzas.
[...] La teoría económica predominante sostiene que, en el mercado de trabajo, cada cual es remunerado de acuerdo con el aporte que realiza al proceso productivo. Se comprende que un trabajo calificado no es igual a uno simple, y que puede equivaler al monto de varios trabajos simples. Pero ¿alguien puede sostener, seriamente, que un ejecutivo de finanzas aporta a la sociedad 19.000 veces lo que un trabajador común genera en una ocupación promedio? [...]





Sólo es posible entender esta desmesura en materia remunerativa como resultado del ejercicio de un poder ilimitado en lo que se llama mercado. En este caso, el mercado no debe ser entendido como un ámbito donde existe la competencia -que debería disciplinar a los agentes- sino como un espacio en donde las transacciones económicas, los intercambios entre empresas y personas estan fuertemente atravezados por el ejercicio del poder. Un poder que es económico, político y cultural. Entre otras razones, no se impugna socialmente esta desmesura porque en la mayoría de las universidades se enseña que esto es "normal", producto de las fuerzas "impersonales" del mercado.




Se lo puede observar con claridad en este caso extremo: ¿cuántos autos, heladeras, casas, etc. comprarían 19.000 trabajadores si se duplicaran sus sueldos? ¿Cuántos autos, heladeras, casas compra un súper ejecutivo de finanzas? Aunque despilfarre, aunque sea coleccionista de autos caros, aunque tenga una mansión en cada ciudad que visita, nunca podrá gastar esos ingresos. Los invertirá. ¿En qué? En nuevos activos financieros, que ofrezcan rendimientos tan jugosos como los que él mismo administra [...]

Ricardo Aronskind (Economista)

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